Bromeamos tras el Gran Premio de Australia de 2015 diciendo que hubo más adelantamientos y cambios de liderato en las 27 vueltas que duró aquella carrera que en toda la temporada de Fórmula 1. Probablemente no era cierto, pero después de comentar una carrera con 52 maniobras de adelantamiento y 13 cambios de liderato no es difícil entender por qué puede que nos dejáramos llevar un poco por la euforia.

Cierto o no, fue la demostración perfecta de que Phillip Island es el circuito más magnífico del planeta para el Campeonato del Mundo de motociclismo. Después del increíble Gran Premio de Indonesia, en el que el liderato del Mundial se alternó varias veces, no puede haber mejor escenario para el siguiente asalto en la lucha por el título. Será una batalla muy diferente. Phillip Island invita a los adelantamientos y siempre hay muchas ganas de salir a intentarlo.

Rediseñado para las motos de Gran Premio por Bob Barnard, este escenario australiano de 4,448 km lo tiene todo. Curvas rápidas y lentas, trazadas amplias y fluidas y vistas a las playas de surf. La prueba definitiva para los pilotos. 

El primer Gran Premio en la Isla, famosa por sus asombrosos pingüinos que pasean por la playa a unos ocho kilómetros del circuito, fue la ilustración perfecta de lo que nos esperaba en el futuro. En 1989, el héroe nacional Wayne Gardner ganó una fantástica batalla en la categoría de 500cc junto a Wayne Rainey y Christian Sarron. Australia enloqueció, pensé que la Isla se iba a hundir. Wayne era un héroe nacional que se había convertido en el primer Campeón del Mundo australiano de 500cc dos años antes. Pero el escenario estaba preparado para muchas más grandes carreras y celebraciones australianas. Gardner volvió a ganar en 1990, el cinco veces Campeón del Mundo Mick Doohan ganó una vez, mientras que Casey Stoner saboreó el éxito con Ducati y Honda seis veces en su circuito de casa. No es de extrañar que los tres pilotos tengan curvas con su nombre.

Valentino Rossi adoraba la Isla. Phillip Island proporcionó al gran Campeón un escenario para mostrar todas las facetas de su repertorio. Ganó ocho veces, dos de ellas en 250cc, y conquistó su primer título mundial de 500cc en 2001. El italiano tomó prestada una sábana de su hotel y la cubrió con un enorme número siete para celebrar la vida de su amigo Barry Sheene dos años después. Yo había empezado mi carrera de comentarista de televisión con Barry y el Campeón del Mundo de Fórmula 1 Alan Jones en Phillip Island en 1989. Di mi último adiós a Barry en la Isla en 2002, antes de su prematura muerte a principios del año siguiente.

Todas las categorías han dejado huella en Phillip Island. En el año 2000, Olivier Jacque mantuvo la sangre fría para hacer sombra a su compañero de equipo en el Tech3, Shinya Nakano, durante casi 25 vueltas en la batalla final del Campeonato del Mundo de 250cc. Llegando a la recta final, con la bandera a cuadros ya ondeando, el francés tiró de su rebufo para robarle el título mundial a su compañero de equipo. Y volviendo a MotoGP™, ¿quién puede olvidar a Marco Melandri haciendo un caballito con una mano al salir de la última curva para celebrar la victoria en 2006?

Sí, Phillip Island es un viaje muy largo y caro desde Europa. Los trámites de inmigración y aduanas en el aeropuerto de Melbourne pueden ser tediosos. Las cuatro estaciones del año en un solo día no son inusuales. Y el fuerte viento puede azotar el Estrecho de Bass desde la Antártida. 

Pero todo esto quedará atrás cuando se apague el semáforo el domingo, mientras la parrilla acelera desde la recta Gardner hacia la curva Doohan, con el Estrecho de Bass al fondo. No hay mejor escenario en el mundo para que continúe esta increíble batalla por el Campeonato del Mundo. Recuerda el año pasado, cuando poco más de ocho décimas de segundo separaron a los siete primeros pilotos.

Phillip Island es un lugar muy especial. No nos defraudará.

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